Los niños no solo necesitan escuchar que se les quiere, hay otras formas de manifestarlo. Entonces, cómo expreso mi amor a mis hijos?
1- Se lo dicen mis caricias. Cuando necesita consuelo, mis brazos están a su disposición. Mis dedos acarician sus deditos inflamados o su rodilla herida. Mis manos secan sus lágrimas cuando está triste o malhumorado. Mi regazo lo acuña cuando está cansado o soñoliento o cuando le leo un cuento.
2- Mi rostro se lo dice. Esto no siempre es fácil; pero trato. el niño me observa cuando frunzo el ceño y mis ojos son como dardos que disparan coraje a un lado y otro cuando las cosas van mal. El niño nota esto y por eso trato de sonreír mucho. Esto es bueno porque el niño sabe que soy feliz.
3- El tono de mi voz se lo dice. Trato de que sea agradable y suave. Pero a veces me gustaría gritar. Me he dado cuenta de que es mejor hablar en voz baja, como en un susurro. Cuando hablo así, todo parece marchar mejor en casa. Es mejor para mi y mejor para el niño.
4- Se lo digo con palabras. A veces le digo: «te quiero mucho». Pero mi niño sabe que no tengo que decirlo. El lo siente en el corazón. Y quizá esto sea lo mejor que yo pueda darle. Pero siempre tengo presente que querer no significa malcriar. ¡El amor no se puede comprar! Se pueden regalar cosas, pero las cosas no son amor. Dar cosas no es amar.
Si, mi hijo sabe que es querido. Se lo dicen mis palabras, la expresión de mi rostro, el tono de mi voz y mi modo de actuar.
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